Sigo Pensando...

Sigo pensando que, aquel día a mediados de Junio, tendría que haber mantenido mi bocaza cerrada. Se vive más felizmente con la ignorancia que con el saber. Pero se ve que eso a mi no me entraba en la cabeza, hice caso a dos voces y en su momento se lo agradecí por que me quité un peso de encima, pero ahora me maldigo a mi misma por no haber seguido como siempre.

Calladita habría estado más guapa.

Prefiero vivir con un peso encima siempre que perder algo tan importante...

Quisiera que mi voz fuera tan fuerte

Que a veces retumbaran las montañas

Y escucharais las mentes social adormecida

Las palabras de amor de mi garganta.

Capitulo 1

Hace tiempo que esto me ronda por la cabeza, así que he decidido escribirlo. Espero que le guste a la gente :)

Narra Alexia.

Allí estaba yo, sentada en el altillo de mi casa viendo como las gotas de lluvia resbalaban por el cristal de la ventana. Adoraba aquel sitio, era la única parte de mi casa en la que me podía relajar, donde podía tocar la guitarra a gusto sin molestar a nadie, donde podía evadirme de todo, y donde, por desgracia, estaba rodeada de recuerdos.

Aquel altillo era como una droga, cada vez que subía allí, me producía dolor, sin embargo no podía dejar de subir, encender montones de velas que producían una tenue luz anaranjada, tumbarme sobre los cojines y escuchar música durante horas. Pasaba horas y horas allí tendida a pesar de todo lo malo que eso conllevaba. 

Pero,para saber por qué aquel altillo era tan especial para mi, tendremos que empezar desde el principio, volveremos al pasado. Exactamente 2 años atrás.

¿Qué Debo Pensar?

Arriesgate... Estuve escuchando esa palabra durante meses. Si no arriesgas perderás, quien no arriesga no gana y una larga lista de etcéteras. Hasta que llegó una noche en que cierta persona me dijo, Si no arriesgas esta noche te vas a arrepentir mucho tiempo.

Esa noche, después de muchos meses, arriesgué, a las 3.20 de la mañana, pero lo hice.

La razón de tardar tanto en soltarlo todo fue que tenía miedo, esa persona era demasiado especial para mi. Temía abrir la boca y que todo se fuera a tomar por saco, miedo a perder a otro amigo. Miedo de la distancia que se podía producir, en fin, miedo.

Al decirlo todo, me quité un peso de encima, no gané nada, pero tampoco perdí nada. Es problema es que ahora no sé si debería haber abierto mi bocaza, por que me da la sensación que se está alejando, me está evitando.
No sé si tengo razón o no. No sé si son paranoias mias. No sé si lo que quiere es que busque a otra persona y está alejandose de mi por mi bien. Pero sinceramente, si lo está haciendo por mi bien... me parece que se está equivocando de método, por que lo único que está provocando en mi es dolor.
Algunas personas me han dicho que le suele pasar, tiene épocas que está ausente, pero yo eso no lo sé por que hace poco mas de un año que le conocí.

Entonces, ¿qué debo pensar?, ¿que lo está haciendo por mi bien?, ¿que solamente es una de sus épocas? o ¿que solamente son paranoias mias?
Detesto estos quebraderos de cabeza....


Planeo el atraco a mano armada de su corazón;



cada palabra he calculado, ahora falta el valor.


planeo decirle que la vida era su boca


y no.

¿Otra Vez?

Un millón de preguntas vuelan por mi cabeza y siguiendo el consejo de una que yo me sé me voy a desahogar aquí.

He pasado por momentos, bueno, más bien, la mayor parte de mi vida ha estado sumida en las tinieblas, y hasta hace poco creía que eso había acabado, que por fin tenía bastantes motivos para volver a sonreír... pero ahora veo que estaba equivocada. No puedo decir que no tenga motivos para sonreír, pero hay motivos que me quitan las ganas de sonreír.

Cuando me pasan estas cosas, delante de la gente, disimulo, por que no quiero que piensen "Genial, ya está otra vez", y lo único que puedo hacer es encerrarme en mis mundos, evadirme de todo lo que me rodea escuchando música, llorar asolas...

Tengo miedo de volver a empezar desde el principio, tengo miedo de volver a perder la sonrisa y de tener que fingir felicidad, miedo de tener que preguntarme cada noche ¿Hasta cuándo podré aguantar?.


IDEARIO



Me da vértigo el punto muerto


y la marcha atrás,


vivir en los atascos,


los frenos automáticos y el olor a gasoil.


Me angustia el cruce de miradas


la doble dirección de las palabras


y el obsceno guiñar de los semáforos.


Me da pena la vida, los cambios de sentido,


las señales de stop y los pasos perdidos.


Me agobian las medianas,


las frases que están hechas,


los que nunca saludan y los malos profetas.


Me fatigan los dioses bajados del Olimpo


a conquistar la Tierra


y los necios de espíritu.


Me entristecen quienes me venden kleenex


en los pasos de cebra,


los que enferman de cáncer


y los que sólo son simples marionetas.






Me aplasta la hermosura


de los cuerpos perfectos,


las sirenas que ululan en las noches de fiesta,


los códigos de barras,


el baile de etiquetas.


Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,


el paso obligatorio, las tardes de domingo


y hasta la línea recta.


Me enervan los que no tienen dudas


y aquellos que se aferran


a sus ideales sobre los de cualquiera.


Me cansa tanto tráfico


y tanto sinsentido,


parado frente al mar mientras que el mundo gira.






Francisco M. Ortega, del libro Cuenta atrás.